lunes, 22 de agosto de 2011

ACOSO SEXUAL

Escribe:  María Michelle Silva Reséndiz
Para tratar este tema he recurrido a un libro llamado “Guía de educación sexual para padres y docentes”, es un buen libro que abarca muchos temas sobre la sexualidad especificándose en cómo pueden hablar dichos temas con niños y adolescentes.
Últimamente escuchamos en la mayoría de los lugares la frase “acoso sexual” pero, ¿sabemos qué significa?
El acoso sexual se puede definir como una conducta de índole sexual no deseada por quién es destinatario de ella, que se da siempre en situaciones de superioridad de poder. No sólo involucra a las mujeres, pero son ellas las principales víctimas, y el ámbito más frecuente donde se da es el laboral. Entonces ahora sabemos que el acoso sexual no se da sólo hacia las mujeres sino también a los hombres, claro que es menos visto y menos hablado pero es de igual importancia saber sobre el acoso sexual masculino que del femenino.
Del acoso sexual que más escuchamos es el laboral, se puede dar también en la escuela, la calle, incluso en la propia casa, en cada ámbito se puede presentar el acoso sexual.
Según la OIT (Organización Internacional del Trabajo), para que haya acoso sexual deben integrarse tres elementos:
ü  Un comportamiento de carácter sexual;
ü  Que éste no sea deseado
ü  Que la víctima lo perciba como un condicionante hostil para su trabajo, y lo convierta en algo humillante
Según una investigación realizada en 1994 por la Secretaría de la Mujer de la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN) con trabajadoras del sector púbico se determinaron cinco niveles de conducta de acoso sexual:
Nivel 1: Acoso leve, verbal: chistes piropos, conversaciones de contenido sexual.
Nivel 2: Acoso moderado, no verbal y sin contacto físico: miradas, gestos lascivos, muecas.
Nivel 3: Acoso medio, fuerte, verbal: llamadas telefónicas y/o cartas, presiones para salir con intenciones sexuales.
Nivel 4: Acoso fuerte, con contacto físico: manoseos, sujetar o acorralar.
Nivel 5: Acoso muy fuerte: presiones tanto físicas como psíquicas para tener contactos íntimos.
Sea el nivel de acoso que sea es muy incómodo para todos a los que nos ha ocurrido, como cuando vamos en la calle y alguien nos grita –mamacita o cosas así, nos sentimos humillados, sobajados, también nos da coraje el sentirnos impotentes, porque muchas veces lo que hacemos es contestarles con palabras o señas obscenas y no es lo mejor.

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